jueves, 24 de septiembre de 2009

Paso de Ramos- Segunda parte

Otra vez viene a mi mente el gran Kundera. En la novela "La Broma", el personaje principal llega a su casa derruida tras varios años de ausencia. Recuerda el lugar donde dormía cuando era pequeño. En el momento que leí la novela —tenía unos 20 años— pensé que esa era una imagen algo exagerada de Kundera para buscar efectos. Sabía que el autor checo buceaba entre la filosofía, la literatura y la psicología para explicar sus textos.
Nunca pensé que yo me transformaría también en un personaje de "La Broma". Veinticinco años más tarde de leer la novela, me entero por mi hermano que la casa donde vivimos esta semidestruida.
Otra vez Paso de Ramos vino a mi mente con la fuerza de Katrina. Fue solo cerrar los ojos y recorrí mentalmente cada uno de los lugares del casco de la estancia donde viví los primeros años de mi niñez. Pero a diferencia del personaje de "La Broma" no me animé a viajar hasta Paso de Ramos para ver la destrucción del paso del tiempo. Entré en el Google Earth. Para ubicarme, recorrí lentamente el camino "de la aviación" que parte de las afueras de Artigas y lo seguí hasta su final. Luego ingresé al campo "de la frente" y "estacioné" el cursor en el portón de entrada de la estancia.
Volando en una avioneta imaginaria a unos 100 metros de altura, observé que mi hermano tenía razón: el techo del galpón de lata se había caido. Lo mismo había ocurrido con el de la cocina. También se había derrumbado la pared de una habitación secundaria que tenía una estufa donde comíamos, por la mañana, asados recalentados.
No seguí. Desconecté el Google Earth.
Luego recordé como ese hermano se fue de la estancia la ultima vez que la visitó. El relato ahora es de mi madre: lo vió atar con cuidado los alambres de las puertas de entrada al casco. Tal vez no quería que sus sueños de chico se escaparan. Luego regresó cabizbajo hasta la camioneta y arrancó.

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